9/27/2012

Me envalentono y te digo que tienes los ojos como la fruta del olivo.

Nubes de humo se elevan desde el suelo, las trinco, fumo y me monto un riachuelo que desemboca en un mar donde las olas juegan desnudas para sonrojar al viento. En tus caderas se echa el atardecer, y las estrellas andan cogiendo sitio, el día se oculta y me roba los colores, y entre las flores tu boca está de vicio. La brisa acaricia tu pelo y me dejo seducir por tu olor, te desnudas y me meto yo dentro, y en un momento abres tu flor. Me engancha su aroma y la luna se asoma toda colocada, atrevida nos roza y fogosa se posa sobre el encinar. En tus ojos ardientes me meto valiente para ir más allá y después de volar me retiro a descansar. De hierba fresca me corro un canutito y me entretengo mordiéndote los labios, llega la risa y nos brillan los ojitos, y por tu cuerpo se extravían mis manos. Tengo hambre y te lo como todo, y por tu boca mi lengua se abre paso, poquito a poco nos volvemos locos, junto a la luna sobados nos quedamos.

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